miércoles, 18 de abril de 2007

Iberismo

Muchos recordarán la encuesta publicada por un popular semanario portugués en 2006 en el que el 28% de los portugueses encuestados se declararon a favor de que su país se uniese con España.

En el caso de los españoles, esta cifra sube hasta el 45,7% (ver), lo cual es mucho más espectacular.

Recordemos que la península se encontró dividida en su momento en tres coronas: Portugal, Castilla y Aragón. Y que si la situación ha terminado con Castilla y Aragón unidas y Portugal aparte ha sido sólo por ciertos azares, muertes prematuras de herederos o matrimonios reales frustrados a favor de otros.

Los Reyes Católicos quisieron terminar el proyecto matrimonial "unionista" casando a su primera hija con el heredero de Portugal. La descendencia de ambos reinaría en toda la península, pero la infanta española murió en el parto, y su hijo dos años después.

¿Y cuál sería la capital? Como es lógico cada uno barre para casa (sólo el 12% de los portugueses elegiría Madrid y el 3,3% de los españoles elegiría Lisboa). Salomónicamente, yo elegiría Mérida:
  • A medio camino entre ambas capitales.
  • Bien comunicada con todos los rincones de la península gracias a la A-5 y A-2 (eje oeste-este) y la A-66 (eje norte-sur).
  • Suficiente simbolismo histórico para poder ostentar el rango de capital. De hecho, fue capital de Lusitania, provincia romana que abarcaba Portugal.
  • Conectada (dentro de poco) con la red ferroviaria de Alta Velocidad, en la línea Lisboa-Madrid para más inri.
Otra opción sería que Lisboa se convirtiese en sede de uno de los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo o judicial), y quitarse de andar buscando otra ciudad que sirva como capital. Y ya de paso me llevaba otro poder a Barcelona para equilibrar más la península, y lograr de paso un efecto integrador entre estos tres núcleos.

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