sábado, 23 de mayo de 2009

No puede ser... ¿es un milagro?

Anonadado me hallo. ¡Ésto sí que es un brote verde! ¿Qué es eso que ven mis ojos? Es un dirigente hispanoamericano, con gran popularidad y que ganaría las siguientes elecciones de calle, diciendo que no quiere presentarse una tercera vez para que las nuevas generaciones no le vean como alguien "demasiado apegado al poder" y no crezcan con la idea de que esa es la forma de actuar en democracia.

Felicidades Uribe.

En El País, en el ADN, en el Nueva España.

Actualización posterior: parecía demasiado bonito para ser verdad. De tapadillo y sin que parecer descarado, aparentando no querer y consiguiendo que sean los de su camarilla quienes lo pidieran abiertamente, Álvaro Uribe se encuentra en proceso de realizar una reforma constitucional que le permitiría presentarse a un tercer mandato. Eso sí, no veo a nadie echándose las manos a la cabeza ni utilizando expresiones como "quiere poner una Constitución para perpetuarse en el poder" como se decía cuando Hugo Chávez quiso hacer lo mismo hace unos años.

viernes, 22 de mayo de 2009

Íbame yo a estudiar...

...cuando me dio por hacerle una visita a Emilio en su blog, y me encontré con un vídeo-parodia de Muchachada Nui sobre Arturo Pérez-Reverte. Y que quiero pensar, quizá presuntuosamente, que con dedicatoria para uno que escribe.

Lo que más curiosidad me provoca, inmediatamente después, es cuál habrá sido la reacción del mismo Arturo. Suponiendo que diga algo en su columna habitual (que se escribe con unas tres semanas de adelanto), y como el programa se emitió el 6 de mayo, podría estar al caer una réplica bastante divertida.

Este señor, personaje atemporal, eterno pasado de moda, gruñón, crítico mordaz, clasista a veces, cruel otras, incomprensivo y demagogo algunas, es para muchas personas de nuestro país una especie de cura de los domingos. Cuatro millones de españoles devoran cada semana su letra impresa, que lo mismo trata sobre un reencuentro con su vieja amiga transexual, que sobre el día que su hija jugó con una cría de delfín junto a su barco; sobre la escasez de tipos capaces de sacar en el bar los últimos mil duros del mes con tal de no gorronear a los amigos; o nos cuenta otra vez cuando aprendió en África a armar y desarmar su Kalashnikov con los ojos vendados. De vez en cuando toca alguna historieta, sacada de algún viejo capítulo olvidado de nuestra Historia, y otra veces, cuando se sienta a escribir en caliente, pone a parir (con muy poca mano izquierda) a todos sus compatriotas y compatriotos.

Se le pueden decir muchas cosas, pero una de ellas tendría que ser que es realmente auténtico. Es realmente él, desde El Húsar (1986) hasta hoy. Gracias Arturo, porque llevo toda la puta vida leyéndote. Te debo gran parte de mi afición a pensar y a informarme. Y de mi amor por la Historia.

... Y a modo de respuesta, Emilio, te dejo la "presentación" que hace "Arturo" en el siguiente capítulo de Muchachada. El vídeo es largo (13min) por lo que a veces flojea. Pero tiene momentos cojonudos, sale Javier Marías, y el final... ¡qúe final! xD




viernes, 8 de mayo de 2009

¡¡Que viene el Gran Hermano!!


Tras plagar el siglo XX de novelas "distópicas" que nos presentaban una realidad global granhermanizada (1984, Un Mundo Feliz, Fahrenheit 451...), los seres humanos seguimos haciendo nuestro lento y desapercibido camino hacia modelos tan perfectos de sociedad.

Ya viene, ya está aquí: el chip RFID. Trataré de ser breve:

Todos sabemos lo que es un código de barras. Este inofensivo artilugio es una maravilla en el mundo de la organización logística y el comercio. Contiene información codificada que identifica, pasando por delante un lector adecuado, de dónde viene ese producto, quién lo ha fabricado, por qué manos ha pasado, y con la información adecuada hasta el nombre del tipo que estaba de guardia en la máquina cuando se fabricó.

Su sustituto ya está inventado hace tiempo, aunque aún no ha dado el salto al gran consumo: el chip de identificación por radiofrecuencia o RFID. Un pequeño chip que es capaz de identificar unívocamente cada producto, singularmente, incluyendo todos los datos sobre vendedor, intermediarios y comprador. No hace falta pasarlo por delante de un lector: basta con estar "cerca" (en un radio variable según el modelo entre pocos metros y algunos cientos de metros).

Sus grandes ventajas son de película de ciencia ficción, aunque muy cercanas: nuestro frigorífico podría "saber" siempre qué tiene y qué no tiene dentro, abriendo la puerta a la compra on-line automática; nuestro coche, unívocamente identificado sólo con acercarse a la puerta del taller, podría "decirle" al ordenador de nuestro mecánico qué le pasa; o podría ser avisado por los coches que vienen en sentido contrario de que hay un accidente dos kilómetros más allá...

Es decir: todos los objetos, repito, todos los objetos fabricados, distribuidos y comprados, podrían ser identificados y reconocidos al pasar cerca de un detector de radiofrecuencia RFID. Incluyendo tu móvil, tu camisa y tus zapatos. No hace falta ser ninguna lumbrera para ver que esto, en la práctica, no sólo supone el paso definitivo hacia la creación de una gigantesca macrobase de datos con todos nuestros perfiles (no estimados, no encuestados, sino directos y personales) incluidos en ella. Aún peor: la posibilidad de que se pueda saber, con el acceso al sistema informático adecuado, dónde estás y qué estás haciendo en todo momento.