miércoles, 10 de marzo de 2010

Esto lo jodimos entre todos.org


Los bancos son muy muy malos, y las empresas con beneficios son casi Satanás ("pero ¡cómo se atreven a ganar dinero con la que está cayendo??"), pero hay algunas cosas que parece que da miedo admitir. Así que vamos a dejar de mirar para otro lado y a mirarnos un rato el ombligo, foco de nuestra mirada para tantas otras cosas.

A la en apariencia cándida (que de cándida nada) iniciativa de estosololoarreglamosentretodos.org ha seguido un aluvión de críticas en internet que han terminado canalizándose en el eslogan de estodeberíanarreglarlolosquelojodieron o algo así. Y llevan razón los dos. Lo que pasa, como tantas otras veces, es que esto lo jodimos entre 'todos'.

Cuando digo 'todos', así entre comillas, no quiero todos todos de verdad. Pero sí una gran parte. Además de las constructoras alimentado un mercado que parecía no tener fin, de los bancos regalando dinero a un interés de risa y de los concejales de urbanismo cenando cada noche con representantes de ambos, hay muchos ciudadanos anónimos, ahora con sus manos echadas en la cabeza, que alimentaron este tinglado para ganar pasta fácilmente. Millones de ellos, quizá. Olvidáos por un momento de los bancos y pensemos en aquellos que pidieron dinero a un banco. ¿Para qué lo pidieron? Para esa casita en la playa, revendida unos cuantos años después por el doble de su precio. Para la de la sierra. Para una segunda, o tercera casa, deshabitadas, en la misma ciudad, con el único objetivo de especular.

La única diferencia, la que separa a los triunfadores del pelotazo (ahora camuflados) de los pobres pardillos arruinados por la crisis, es que consiguieran o no vender los inmuebles que les sobraban antes de estallar la burbuja. Pero ambos estaban jugando a lo mismo.

Mucha gente con hipotecas clama al cielo gritando ¿dónde está mi dinero? ¡Malditos bancos! ¿Cómo puedo estar pagando una hipoteca de 350.000 euros si mi casa vale 250.000 ?? Y los bancos serán todo lo malos que quieras, pero no se han quedado con esa diferencia. El banco a su vez pagó 350.000 euros a alguien. A ese tipo que te vendió la casa. Ese ciudadano de clase de media que pegó su modesto pelotazo (el compró por aún menos de 250.000 y te la encasquetó a 350.000) y volvió a sus quehaceres y a su trabajo con un buen dividendo en el bolsillo. No conseguido en base a su trabajo. No conseguido en base a su mérito personal. Conseguido sólo porque pasaba por allí, tenía unos ahorrillos, compró como hacía todo el mundo y luego se lo quitaron de las manos por una pasta, también como a todo el mundo.

Tú lo compraste a 350.000, y esperabas quizá venderlo en unos años a 450.000, a 500.000... ¿quién sabe? Echaste la imaginación a volar. Pero te cogió con el pie cambiado, como a tantos otros. Y tu dinero no lo tiene el banco. No lo tiene Zapatero. Lo tienen tu vecino, tu cuñado, y aquel amiguete que siempre repetía aquella cantinela (¿la recordáis?) de 'el ladrillo es un valor seguro'.
Porque cuando tú, y tú, y tú, y él, y aquel señor de allí, y yo mismo, cuando nos convertimos en nosotros, si nos ponemos todos a hacer el tonto con el dinero, no hay ninguna crisis que no seamos capaces de crear.

4 comentarios:

Moncho Veloso dijo...

Por fin un poquito de autocrítica. Escribí algo parecido la semana pasada para las clases. Este vídeo de Gabilondo me sirvió de inspiración, creo que viene a decir lo mismo que tú.

http://blog.cuatro.com/noticias/2010/02/da-la-impresi%C3%B3n-de-que-por-fin-espa%C3%B1a-empieza-a-entender-la-naturaleza-de-su-problema-lo-dec%C3%ADa-esta-ma%C3%B1ana-en-la-cade.html

Un abrazo, Alex.

Ramiro dijo...

Vaya opinionazas te que "cascas" Sr. Carreras. Totalmente de acuerdo.

Yo además tengo testimonios de primera mano ya que mi padre es arquitecto. Por ejemplo, un amigo constructor nos contaba en su día que ¡la gente vendía sus casas antes incluso de estar hechas!

Luego le echaré un ojo a ese video.

Unknown dijo...

Y estábamos advertidos...toda burbuja explota

alexc dijo...

La verdad es que no sigo a Gabilondo desde que dejó la radio, pero de verlo aquí y allá tengo la impresión de que cada vez se muerde menos la lengua.